Con la mirada en el encuentro mundial para la educación que propone el Papa Francisco, el doctor Pablo Canziani, docente e investigador del CONICET afirma que la educación necesita comprender mejor “el sistema inter relacional en el que se desarrolla la vida” y preguntarse “¿de qué estamos hablando cuando hablamos de cambio climático?”. “Cada lugar del mundo es único – dijo el científico – Por eso la encíclica Laudato Si plantea las preguntas basadas en el desarrollo de la información. Y si las problemáticas y los fenómenos son globales, las soluciones tienen que ser locales, consensuadas”, señaló.
Fuente: CONSUDEC.
Pablo Canziani
Es doctor en Ciencias Físicas por la UBA. Investigador y director del Departamento del clima en el CONICET. Colabora con la Red Argentina de Ambiente y Desarrollo. Es autor de la colección “Cambio Global”. Participó en el CREC 2020.
Con el ejemplo de una naranja que se deja una semana en el estante, el doctor Pablo Canziani comienza a hablar de la tierra, que rodeada por la atmósfera “llena de polvo”, pasa a ser el lugar donde se desarrollan los principales fenómenos climáticos.
“Con esto, no me estoy refiriendo al pronóstico del tiempo que dan los medios de comunicación, – comentó en el encuentro central del CONSUDEC- sino al sistema climático que vamos viviendo, compuesto obviamente por los océanos, los suelos, la atmósfera, los hielos, y el factor fundamental, que es la vida”.
Como señaló a continuación: “es la vida que mantiene a la vida”; y en este “primer paralelismo”, el científico se plantó así:
El cambio climático es una bestia multidimensional. Es un sistema complejo con múltiples interacciones. ¿Qué quiere decir? que está en continuo movimiento, porque gira en torno a estados de equilibrio que pueden cambiar y comportarse de otra manera en torno a otro estado de equilibrio. Un ejemplo claro, son las estaciones del año, el verano y el invierno que además presentan circulaciones atmosféricas específicas, y transiciones de frío y calor. Las glaciaciones también son saltos climáticos, y logra que el sistema atmosférico pase de un estado cálido a un estado frío. Pero ¿qué pasa si yo perturbo mucho a este sistema? Este dará probablemente un salto irreversible a un estado nuevo, totalmente distinto, que hoy no podemos predecir o estimar, porque es probabilístico.
O sea, pasamos del mundo determinístico donde estamos acostumbrados a vivir, a un mundo de las probabilidades. Por eso, tenemos que cuidar el ambiente, que es un sistema natural, social, y complejo ya habituado a comportarse de esta manera, y no sé a dónde va a parar.
La tierra cambia a velocidad nunca vista, estamos viendo glaciaciones, cuestiones orbitales, en un sistema de relaciones donde todo interactúa entre sí, buscando estados de equilibrio. Cuando miramos la evolución de las temperaturas en los últimos 150 años y se ve el mapa del calentamiento de los últimos 30 años, es como si le estuviéramos poniendo frazadas al planeta. Retenemos más radiación infrarroja y aumentamos la temperatura, por eso tenemos un crecimiento del orden de un grado en cien años que es mayor en velocidad que lo que se observa cronológicamente por lo menos, con las muestras de hielo en los últimos setecientos mil años.
Por otro lado, este calentamiento no es homogéneo, en el hemisferio sur tenemos zonas que se han enfriado. Si entendemos a la atmósfera como un motor termodinámico lo que estamos haciendo es cambiar las condiciones de funcionamiento de ese motor, por lo tanto, cambia lo forma en que se mueven las masas de aire y los océanos.
El proceso de calentamiento global es lo que nos vincula con el proceso de cambio climático. Y las principales fuentes de emisión de este calentamiento es para ir en contra de muchos eslogans que andan dando vueltas.
Si ustedes ven cualquier publicación sobre cambio climático lo primero que ponen es un embotellamiento y le hablan de cambiar los autos. En realidad, el grueso de las emisiones de dióxido de carbono tiene que ver con la generación eléctrica. Un setenta por ciento de la electricidad en el mundo se produce con carbón y petróleo. La segunda causa es la agricultura moderna, por cambios en el uso del suelo, que son importantes fijadores y reservorios de dióxido de carbono. Pero así también, nosotros removemos bosques y pastizales que ayudan a la fijación de carbono, y eso es liberado a la atmósfera. La tercera causa es la industria y recién en cuatro y quinto lugar figura el transporte automotor privado y de carga.
Además de la temperatura que ya cambió en cien años en el mundo, por otro lado, aumentó el nivel del mar, más de treinta centímetros en el último siglo. El tema de la temperatura del mar es más preocupante que el calor de la atmósfera, ya que la cantidad de energía que retiene el agua es mucho mayor que la que retiene la atmósfera, y el océano es lo que estabiliza el sistema climático. Si el océano se desestabiliza, afectará mucho más el clima y la dinámica de la atmósfera.
Estamos llegando a este punto: la temperatura media del mar aumentó 4 décimas de grado y por la actividad biológica de las algas, esto afecta la fijación del dióxido de carbono. El mar, si sigue calentando, se va a convertir en emisor neto de dióxido de carbono, que matará los elementos de la cadena de alimentación de los océanos.
Los cambios bruscos por la disminución de los hielos en el planeta tanto en la zona del Ártico, como la Antártida. Los cambios en la precipitación, que donde más ha aumentado en el mundo, es la zona de la Pampa Chaco. Esto hizo que tengamos un cambio climático acelerado, que se puede llegar a frenar si en los próximos años aumenta la capa de ozono. En otras zonas del hemisferio sur este fenómeno ha generado sequías, que afectan a países como Australia, Nueva Zelanda, Chile y Sudáfrica también.
Pero, ¿quiénes son los principales emisores de gases dañinos en función de los procesos industriales, y de la producción de alimentos? Estados Unidos, Canadá, Australia, y toda la Unión europea. Luego tenemos emisores moderados como casi toda América Latina, y algunos países de Asia y África. Los emisores más bajos son los países más pobres. Ellos también son los que más sufren las consecuencias del cambio climático y por distintos motivos; un síntoma son las enfermedades que aparecen, como el dengue en nuestra región.
Este es un punto muy importante, porque como sociedades hacemos las cosas mal. Hay consumo e híper consumo, lo que genera basura.
Además, tenemos una industrialización que no produce los alimentos que necesita como una dieta sana, la humanidad. Tenemos industrias no sostenibles, sobre producción. En China producen productos mal fabricados que no entran en el mercado y después es mucho más rentable venderlos a países pobres que los reciclan mal.
También tenemos un consumo inequitativo de energía, un modelo extractivista en exceso. El marketing es muy dañino y yo lo separo de la publicidad, porque a veces la publicidad puede ser útil, y ayuda a tomar decisiones si es adecuada. La tecnocracia como dice Laudato si, genera productos que no son necesarios, pero se promueven porque se desarrollaron. Esto da lugar a la fragmentación social, y de la familia; al estado ausente, la corrupción, las migraciones, y en particular, al éxodo por la disfunción rural. Hacinamiento urbano, pobreza, tenemos todos los procesos de contaminación ambiental.
El único problema que se vincula con todos los problemas es el cambio climático, que es la bandera del cambio global. Toda esta destrucción del sistema socio ambiental se llama cambio global, y no sabemos a dónde va a terminar este experimento por ahora.
En este esquema el cambio climático vendría a ser la fiebre de lo que estamos haciendo mal, y para resolverla hay que atacar todos los problemas de manera coordinada debería ser una acción coordinada, y paralela.
Desde el punto de vista de la educación, se necesita entender que cada lugar en el mundo, es único. Y, si bien muchos de los problemas son globales, las soluciones son necesariamente locales y regionales, y consensuadas. Deben respetar las idiosincrasias y la diversidad cultural. Hay cosas que pueden funcionar acá, pero no en Chile o en Perú, o cosas que funcionan en Europa y aquí, ni son relevantes.
La encíclica Laudato Si plantea por eso, las preguntas basadas en el desarrollo y en el conocimiento de la información: ¿por qué? ¿para qué? ¿dónde? ¿cómo? ¿a qué costo? y quién paga ese costo, social, económico o ambiental. Porque el cambio climático genera un beneficio aparente en los países más desarrollados, pero el costo lo pagan los países más pobres. Y está en nosotros liderar el cambio.