El obispo celebró la misa por el cierre del ciclo lectivo 2021

El obispo celebró la misa por el cierre del ciclo lectivo 2021

En la parroquia San José, el obispo diocesano monseñor Gabriel Mestre celebró la santa misa en acción de gracias por la finalización del ciclo lectivo. Acompañado por una gran cantidad de sacerdotes, autoridades educativas y de JuREC, el obispo reflexionó sobre “la pequeñez, sencillez y humildad”.

Como cada año, desde la Junta Regional de Educación Católica de la diócesis de Mar del Plata, se inicia y finaliza el ciclo lectivo poniendo todas las labores de las comunidades educativas en las manos del Señor y nuestra Madre.

En esta oportunidad se congregaron en la Parroquia San José el obispo de la diócesis monseñor Gabriel Mestre; el Delegado Episcopal para la Educación Católica Pbro. Silvano De Sarro y sacerdotes de diferentes comunidades; el Presidente de JuREC Mar del Plata Contador Javier Sánchez junto a los miembros de la Junta; directivos, docentes y miembros de jardines y colegios de la diócesis de Mar del Plata. Se contó además con la participación de la Inspectora Jefe Región 19 de Gestión Privada (DIEGEP) Carolina Di Alessio junto a la Secretaria de SADOP Adriana Donzelli y el Secretario Adjunto Bruno Roldán.

En su homilía y a la luz de la las lecturas, el obispo reflexionó en torno a la pequeñez, sencillez y humildad como “tres palabras que expresan el valor de la Navidad. Sé que ustedes (representantes legales, directivos, docentes, etc.) en muchos casos de la vida cotidiana responden con esas tres palabras a los problemas que surgen en nuestros jardines y colegios, a la hora de hablar con padres y alumnos. Gracias por ese esfuerzo cristiano, evangélico, propio de la Navidad”.

El padre obispo recordó también que “en tiempos difíciles, cómo Iglesia Católica, no debemos negociar lo esencial de nuestra identidad: llevar la alegría que nos trae Jesús, lo importante. Muchas veces no lo tenemos en cuenta ante las dificultades propias de cada día y nos olvidamos lo importante de llevar a Jesús. María nos trae esa alegría de Jesús en el Evangelio. La alegría que Jesús nos trae a través de María, nada ni nadie nos la puede quitar”.